No son dadas en este, mi blog granaíno a contar historias de mi vida privada, sin embargo por distintos motivos personales, como dice la canción del turrón, vuelvo a casa por Navidad.*
Puede que en ésta que cuento, el lector pueda identificarse con estas historias que tampoco lo son, sino simples anécdotas.
Identificarse si naciste en la época del babyboom (1958-1974).
No voy a precisar con certeza la época del babyboom, porque voy a escribir de forma coloquial como si le escribiese una carta a un amigo.
Cuando aún el pueblo, la aldea, eran pueblos. No tengo nada contra el progreso (el progreso con lo positivo y negativo nos ha traído hasta aquí), es la esencia de aquellos años rodeados de todos los tuyos, en una casa rural con la chimenea y la televisión en blanco y negro, del mundo analógico, con menos medios de los que existen hoy, con vehículos y electrodomésticos menos sofisticados.
Una Nochebuena de los 70s
(Cambiaré los nombres, aunque los aludidos sabrán quien son).
Tío Lope, primo hermano de mi padre , marido de mi tía Marta, hermana de mi madre: Lo que hace que sus hijos (de mi tío Lope y Marta) mis primo Lope y Nati, son primos hermanos (por la parte de madre) y a la vez primos segundos (por la parte de padre).
Sería allá por los años 70, en casa de mis abuelos.
Son ellos (mis padres y mis tíos) de la edad que a mi modo, es la más maravillosa, rondaban entre los treinta y los cuarenta años.
Visto con los ojos de hoy, que todo lo sabemos, yéndonos a un buscador, entonces al recordarlas se te escapa un halo de emocion:
Son anécdotas o polladas según las veas, pero para nosotros los niños, entonces era un descubrimiento como el de mi tío.
Nos sacó al patio exterior, puso coñac en un vaso y lo prendió con un mechero.
Consiguió hacer fuego.
Descubrimos otra forma de hacer fuego distinta a la de la leña de la chimenea, o a la hornilla de gas butano.
Era una simple anécdota: Ocurrió en Nochebuena, en la noche, noche buena.
Por cierto en la Navidad de 1972 (la primera vez que me enamoré) nevó. El huertecillo de mis abuelos estaba genial con el manto blanco.
En 1976 también nevó.
Como historia aparte, decir que una parte del comercio aún no cerraba la Nochebuena por la tarde, por lo que hubo un tiempo que llegábamos tarde al pueblo.
Una historia de los 80s
Si la memoria no falla, creo que fue allá por el año 1984 (año triste por otras cosas) me robaron el coche.
Se lo cogí a mi padre la víspera de Nochebuena que me fui de fiesta con los amigos y al salir de la discoteca, ví que no estaba.
El susto fue mayúsculo. Según me dijeron era fácil hacerle un «puente» al coche para que arrancara.
Tuve que poner la denuncia en la guardia civil y estos llamaron a mis padres con el susto de madrugada mayúsculo.
Dijeron no pasa, nada, su hijo está bien.
Ahora pasados cerca de 40 años lo veo con el dicho
«No hay mal que por bien no venga».
¿Y si no hubiesen robado el coche y hubiésemos tenido un accidente?
Son especulaciones.
El coche quedó inservible.
Feliz Navidad.
Un abrazo virtual a todo el que lee.
Una oración, meditación o saludo a la paz en el mundo.
*Puede que para no regresar jamás.
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