Qué ver en Beas de Guadix: No es el fin del mundo, es el GeoParque
¿Sabías que en Beas de Guadix se encuentra el Geoparque que ha reconocido la Unesco?
Adentrándose en el fabuloso viaje a Beas de Guadix
A unos pasos de Guadix te topas con Beas, un pueblecito que parece sacado de un decorado natural: está dentro de un geoparque declarado por la UNESCO, pero lo que te atrapa son sus formas imposibles y ese silencio que suena a sierra.Te puedo decir por experiencia propia que Beas asombra, sitios que calman la inquietud.
No es el fin del mundo: Pero como si lo fuera

Desde el mirador del fin del mundo el paisaje te deja sin palabras: parece que la tierra se derrite en mil tonos de ocre, y entiendes por qué lo llaman así: el Fin del Mundo.
Aún no había pisado Beas de Guadix que no tiene nada que ver con Beas de Granada, otro pueblecito encantandor.
Me habían hablado, vi cantidad de fotos y vídeos en Instagram.
Hay pueblos que no se buscan: te encuentran.
Beas de Guadix fue uno de esos. Iba camino de Guadix, con el coche lleno de ganas de perderme un poco, y un cartel marrón con letras pequeñas me susurró “Mirador del Fin del Mundo”. Frené.
No sabía que a pocos kilómetros me esperaba un paisaje que parecía sacado de Marte… con alma andaluza.
La carretera
La carretera serpentea entre lomas ocres y cortados de tierra que el viento ha ido esculpiendo durante siglos. Al llegar, el aire huele a pino y a calma.
Desde el mirador, las vistas son un espectáculo: un océano de badlands, con Sierra Nevada al fondo, blanca y serena. Te quedas callado, porque hablar sería romper algo sagrado.
Y ahí abajo, casi escondido entre los barrancos, aparece Beas de Guadix: pequeño, blanco, tranquilo, con esas casas-cueva que parecen dormir abrazadas por la tierra.
🏡 Paseo entre cuevas y silencios
Bajar al pueblo es como viajar en el tiempo.
Las calles son estrechas, empedradas, y cada puerta tiene una historia.
Una vecina me saluda desde la sombra de su portal: “¿Vas al mirador? —Ya fui— le digo. —
Pues ahora te toca las migas”. Y tenía razón.
En Beas no se viene con prisa.
Se camina despacio, se mira, se escucha el agua de las acequias y se siente que el ruido del mundo queda lejos.
Si te gustan los lugares auténticos, esos donde los buenos días aún se dicen mirando a los ojos, este rincón del Geoparque de Granada te va a conquistar.
🍽️ Migas, gachas y ese sabor de verdad
En el bar del pueblo no hay carta. Hay pizarra, sonrisa y olor a pimentón.
Las migas llegan humeantes, con chorizo y pimientos fritos.
Luego, unas gachas que saben a campo, a historia y a domingo de invierno.
Y para rematar, un vino de la zona, rojo y valiente.
Comer aquí no es llenar el estómago, es llenar el alma.
🚗 Cómo llegar
Desde Granada capital, son unos 45 minutos en coche.
Toma la A-92 dirección Guadix y, poco antes de llegar, sigue las señales hacia Beas de Guadix.
La carretera es tranquila, y cada curva promete una postal nueva.
Si te gusta conducir, este trayecto es puro placer: entre colinas, almendros y ese cielo azul que solo tiene el altiplano granadino.
🌅 Despedida (aunque no quieras irte)
Cuando cae la tarde, el sol tiñe los barrancos de oro. Miro atrás y el pueblo parece dormirse entre las sombras.
Conclusiones sobre Beas y el Geoparque
Prometo volver. Y mientras arranco el coche, pienso que Beas de Guadix no se visita: se queda contigo
Crédito de la imagen: Wikimedia.
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