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La noche que lloré por tí.
La mujer llora, aunque no sabemos si son lágrimas de cocodrilo o reales. El hombre llora por dentro.


El enamoramiento, ese estado de éxtasis, nirvana o plena relajación que se consigue con la pareja amada, puede ser el comienzo de una gran relación, pero el amor se acaba. 

Hay otros que duran siempre.

Idealizar a la pareja


El hecho de idealizar al otro, nos conduce al error, y como consecuencia de ello se producen las rupturas. 

¿Cúantos se han llevado bien de novios y se casan y el matrimonio dura dos telediarios?

Y de la poesía, surgió el relato


A continuación hago un relato. No es una carta ni situación personal.

La noche que lloré por tí, ni siquiera estabas tú. Todo había terminado. Tanto para nada. 

Se dice, se comenta que uno de los dos en la pareja, da más que el otro. Uno de ellos acaba viviendo de forma rutinaria y la rutina no es buena aliada.


¿Porqué de novios, todo son fresas, frambuesas y ambrosía?

Y te casas o vives en pareja y ya son zarzas, espinas de las rosas e hiel.
L
a noche que lloré por tí, no tenía que haberlo hecho. 
No tendría que haber llegado a esa situación. 

Si te iba a dejar, lo lógico hubiera sido evitar llorar por tí y reir solo o sola o con otra pareja.

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